domingo, 15 de abril de 2012

La cuadratura del círculo - La burbuja del arte contemporáneo

"At particular times, a great deal of stupid people have a great deal of stupid money"  WALTER BAGEOT, Economist 1859

Así comienza "The great contenmporary art bubble", escrito Y dirigido por Ben Lewis, un joven británico que 
satiriza el mundo del arte contemporáneo a través de documentales y programas televisivos. Ha sido expulsado de Sotheby’s y Christie’s, dos de las más prestigiosas casas de subasta del mundo, por cuestionar un negocio millonario.  

El documental cuenta cómo gran parte del arte contemporáneo se ha convertido en moneda de cambio en manos de unos pocos multimillonarios y marchantes de arte. Lewis nos muestra como muchas obras de arte quedan ahora destinadas a obtener cotizaciones bursátiles seguras en el mercado. Aparece así un grupo de marchantes que compran arte como inversión, que en muchos casos queda guardado en almacenes y en otros pasa a formar parte de colecciones privadas. “Fenómenos contemporáneos como Hirst y Koons no difieren tampoco de los exponentes del Rococó Francés, un movimiento que transmitía frivolidad y lujo y era patrocinado por un decadente y corrupto antiguo régimen”, dice el británico, cuya crítica está orientada a todos los que participan en este círculo, desde el artista, pasando por el público, hasta los especialistas.


Como dato curioso, Lewis fue tatuado en el año 2005 por Wim Delvoye. Éste le realizó en la parte posterior de su hombro derecho un Mickey Mouse en un crucifijo con Minnie llorando a los pies. Delvoye es uno de los artistas belgas más cotizados del momento que mortifica, diría yo, el mundo del arte con una obra provocadora al mismo tiempo que repulsiva. Entre sus trabajos más conocidos está "Art farm", integrada por una serie de cerdos tatuados, que actualmente llegan a los 125 mil euros cada uno. Pretende convertir al cerdo en obra de arte: los cría, los seda y los tatúa, para venderlos después a precio de obra artística. “El cerdo es un animal muy cercano al hombre. El tatuaje es una decoración que no los afecta. No les duele. No es cruel. Es una forma de agregarles valor”, comenta el artista. Ante las críticas de organizaciones de defensa animal Delvoye replica que es mucho más cruel la actividad que se realiza en los mataderos de todo el mundo, desde donde se abastece diariamente la mesa de la tercera parte de la población mundial. El caso es que en algún lugar de una pequeña granja de las afueras de Beijing hay un cerdo corriendo con exactamente el mismo tatuaje que el de Ben, también hecho por Wim Delvoye. Ambos fueron tatuados al mismo tiempo y en la misma habitación. Otra ecléctica y provocadora obra que parece salvar a los cerdos del anonimato y la industrialización, pero ¿a costa de qué?, ¿un nuevo tipo ensañamiento?, ¿sadismo artístico?





No hay comentarios:

Publicar un comentario